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Publicado el 12 febrero, 2021

The Prussians: «Mantra es el sonido oscuro de Karma más el querer hacer bailar de Mul Mul»

Por Víctor Manuel Conejo Manso

Lo sabía. Gracias por darme la razón. Siempre lo he dicho: Dominic Massó es un tío muy elegante. No porque el cantante de The Prussians sea alto, guapo y no parezca un jugador de rugby. No, es otra cosa. Es la manera de cantar e interpretar, el lenguaje no verbal, las tesituras en el escenario. Y por supuesto, los antecedentes musicales: siempre han tenido mucha elegancia, pero si antes asomaba por medio de aires tropicales hasta indie y pop-rock, caracterizado por los decibelios (en su justo volumen, insisto: elegante), en Mantra esa querencia por la distinción sonora lo ha inseminado todo, ha crecido hasta pasar de ser complementaria a fundamental, pero con menos herraje sonoro: es que este nuevo álbum no es que sea elegante, es que es aristocrático. Aristocracia de club, pero aristocracia.

Dicho más sencillamente: para escuchar este disco no tienes que ponerte un esmoquin, sino tus mejores galas de Kenzo, McCartney, el Dior de Galliano y hasta Balmain. Porque ahora se asienta sobre neosoul, groove, pop de club y no de callejón, imbricado todo ello en la personalidad electrónica definida por la producción de Massó. Vaya descubrimiento que a su talento artístico se una ahora también el técnico: cómo realza, estiliza y dota de personalidad individual a cada canción, a menudo exquisita. Qué sorpresa de disco, de giro o evolución. Qué grandiosa elegancia destila esta música.

Mantra es el sonido oscuro de Karma más el querer hacer bailar de Mul Mul

– Dominic Massó

¿La premisa de partida de Mantra era «vamos a ser todo lo elegantes que nos de la gana»?

Pues no ha sido especialmente premeditado. Pasa el tiempo y no solo cambian o se enriquecen tus influencias musicales, sino también tu ritmo de vida y tu manera de ver las cosas. La música que escucho ahora no tiene nada que ver con lo que escuchaba cuando hice Karma o Mul Mul. Son ritmos más pausados, y tras un tiempo respirándolos te sale esta música, aunque también hemos metido ritmos más acelerados. Me gusta mucho el término «elegante» y lo define perfectamente, y es curioso porque hasta ahora no me había parado a resumirlo en un solo concepto.

¿No? Pues escuchas el disco y el mucho quilate en la personalidad de la producción es lo primero que te llama la atención. Su finura y su carácter. Y es autoproducido por ti.

Sí, completamente.

¿Y el máster?

No, el máster lo hicimos con Hay Zeelen [ha sido uno de los últimos trabajos del reputadísimo y ya añorado ingeniero holandés, pues se ha retirado y vendido su estudio Mallorca Mastering al alaroner Frederic Català]. La mezcla estaba también lista, y solo quería ese trabajo final, darle algo más de frescura al sonido, pulir alguna frecuencia molesta, y lo habitual, algo de compresión y un ligero push al volumen. Más chicha y punto.

Pues Karma es de 2018. ¿Tan rápido han cambiado tus gustos musicales principales? ¿Hace apenas dos años que esta música sonaba en tu cabeza?

Realmente algo más, no ha sido un cambio de la noche a la mañana. Se puede captar en los singles que han ido saliendo [han sido seis: Make it Better, Freak Show, Mantra, Quarantine, If You Don’t Mind y Ride]. Son más tres años largos que no los dos desde Karma. De hecho, cuando salimos a defenderlo en directo, yo ya escuchaba mucha música nueva y diferente. Me gustaba, me gusta mucho ese disco, y disfruté interpretándolo, pero al mismo tiempo notaba que mi energía era otra, con otro feeling. Y la parte bonita, lo que me encanta, es que el resto del grupo se ha contagiado de esa nueva energía.

¿Es lo primero que produces?

Estrictamente sí. Aunque se puede decir que la producción de todos los discos de Prussians también es mía, pero mis conocimientos técnicos no daban como para grabar y producir todo un disco y dejarlo listo para salir. A fuerza de estar al lado de la gente con quien grabas en los respectivos estudios, de flirtear con el ordenador y por pura prueba-error, al final me lancé. Incluso me he decidido a abrir mi propio estudio, Karma Records. Ahora mismo estoy grabando y produciendo unos cuantos proyectos. La verdad es que todo este último año de caos y calma me ha venido fantástico para perder mucho tiempo en esto y aprender. He podido dejarlo todo y finalmente me está yendo muy bien. Quizá muy bien para lo difícil que es esta época. No puedo quejarme.

¿En qué proyectos trabajas?

Un grupo nuevo, Alanaire, que van a lanzar de manera muy potente. Damià Oliver, de quien siempre me han gustado sus ideas, y creo que puedo ayudarle a plasmarlas en sonido y producción. Y con un proyecto nuevo con una cantante en el que yo hago la música.

He de confesarte que llamé a Joan Jaume Capó para preguntarle si había participado en la producción. Un simplismo mío: como también acaba de lanzar su primer material producido por él [como Discontrol, hay entrevista con él en esta misma web], y tú colaboras en un tema, pensé que tal vez teníamos aquí a dos nuevos productores estrella colaborando cada uno en el disco del otro.

[ríe] Qué va. Esto lo he hecho yo solo en mi casa, con calma y echándole horas, el triple por ser mis canciones.

Ya hemos dicho elegante. Más: melancólico, pero perfectamente bailable.

Exacto. El sonido de Karma quedó un poco oscuro, aunque es lo que buscábamos al quitar guitarras y meter más base electrónica, pero ya en el aire estaba la intención de volver al concepto de Mul Mul, hacer bailar a la gente. Sobre todo en directo. De ahí viene la mezcla de esos dos conceptos.

Ese contraste está en la portada: una foto no solo en blanco y negro sino oscura, y encima un brochazo de amarillo brillante, casi hindi. Sí: taciturnos pero no vamos a dejar de movernos.

Esa es la definición. Cuando vi la foto pensé eso mismo. Y amarillo hindi… así es. No lo había pensado. Claro, supongo que me salió inconsciente, influencia de mis viajes por la India. Aunque el tema de la foto no es muy «elegante».

¿No te parece que casa con el disco?

Sí, sí, sin duda, pero me refiero a la historia que hay detrás. Se acababa el tiempo, no teníamos portada y no encontrábamos a nadie que nos la hiciera en el poco tiempo que nos quedaba. Ferchu, el teclista, me recomendó mirar en una web de fotografía libre de derechos. Me pareció una cutrada… cualquiera podría tener una portada con tu misma foto, pero al final le eché un vistazo. Mirando e investigando encontré la imagen de la portada, escribí al autor, le expliqué para qué era, y le encantó. Insistió en hacer él mismo todo el arte final. Me hacía falta no solo por el tiempo, sino porque necesitaba ver una portada para visualizar físicamente el disco. Y lo vi al encontrar esa foto y la portada posterior.

Entonces, mera curiosidad, ni la chica de la imagen es mallorquina ni el paisaje está en la isla.

No, me habría encantado pero no.

Diría que las canciones funcionan perfectamente en un club, pero es más: que también son muy remezclables. ¿Esa intención, remezclar algunos temas, sobrevoló la grabación?

Ya hay propuestas, y es algo que nos gusta mucho. Cuando algún DJ o cualquier artista quiera hacer un remix, que escoja la que quiera. Yo también veo que todas las canciones tienen ese juego, ese margen de maniobra para subir el nivel más hacia la pura base electrónica de discoteca o de festival. Siempre ha pasado con los discos anteriores, y seguro que habrá remixes muy potentes.

Tus canciones hablan muy en primera persona de tu reflexión personal, está la influencia de tus viajes por la India… Mi psicóloga dice si pasas demasiado tiempo mirando hacia dentro se te nubla la vista, que se pierde la perspectiva. ¿Cómo te despejas, cómo coges aire cuando uno está harto de sí mismo?

[ríe] Es verdad… Pero lo equilibro mirando y hablando mucho también de lo que nos rodea, del mundo en el que vivimos. Es cierto que antes escribía más sobre lo que hay alrededor, buscando la crítica constructiva, pero la cuestión es que ese recurso sigue estando ahí, y te despeja. Así desconecto, como todo músico o productor, de siempre.

Tus viajes por la India se mencionan a menudo para explicar tu visión del mundo, que obviamente conecta con tu música. ¿Cómo le explicas a alguien como yo, que no me atrae la idea de viajar por zonas como la India, lo que significa aquello?

Paradójicamente, a mí tampoco me gusta la India aunque haya ido varias veces. Uno de los muchos viajes que he hecho con mi pareja fue a las islas Galápagos, y ha sido el más bonito de mi vida. Pero curiosamente, cuando hablamos de aquellos sitios donde hemos estado, siempre hablamos de la India. Aunque sea para hablar de la suciedad, o de las anécdotas y desastres que nos pasaron. Es una experiencia que impacta mucho, para bien o sobre todo mal, porque te hace reflexionar mucho sobre el sitio donde vives, de lo que tienes y de los privilegios que disfrutas. Y eso no sucede cuando viajas a Galápagos, Nueva York o incluso Madrid. No es un viaje de placer o relax, sino que es una experiencia drástica, puede que hasta dramática. No es un sitio para que te guste, sino para que lo vivas.

El comentario que he oído al respecto más a menudo es que de un viaje a la India no se vuelve feliz. Se vuelve y punto.

Exactamente, así sucede.

Siempre hay que sorprender al entrevistado: ¿qué piensa el cantante de los Prussians del reguetón?

¡Jajajaja! Pues que a lo largo de los años he aprendido a ser menos hater. Metiendo en el mismo saco al trap, son géneros que me gustan. Para empezar porque ya hay demasiados problemas en la vida como para no salir y simplemente bailar, que es a lo que te incita. El problema son las letras y su mensaje. Son lo que son, y significan un problema que hay que tener en cuenta.

Para acabar, lo último que has revelado: tu primera canción en castellano, «Si no lo ves», lanzada como DMASSO. ¿Qué significa: es una anécdota o una pista?

Siendo muy sincero, no sabía cómo afrontar la letra al ser, en efecto, la primera en castellano. Fui apuntando frases sueltas, como hacen los raperos o los reguetoneros. Frases al azar, aunque procurando siempre pensarlas y darles una mínima conexión, una ambientación. Pero no hay historia detrás, ni mensaje ni historia romántica.

Pero en cuanto a tu futuro cercano, ¿indica algo de futuras canciones de Prussians o de una carrera en solitario, o simplemente te apetecía oírte en castellano?

Pues de momento es una anécdota. Era un reto, siempre me había negado. Nunca habrá canciones de Prussians en castellano. Pero quería comprobar si me llegaba a autoconvencer. Escribí dos o tres durante la pandemia, me decidí por esta, y me gusta mucho cómo suena, cómo encaja. Es de mis canciones favoritas de entre todas las que he escrito en mi vida.

Hablando sobre el cambio de idioma, la gran mayoría de entrevistados me decían que se habían encontrado tan a gusto que no querían volver al inglés. Enric Montefusco, de Standstill, me dijo: «Ahora me entienden, y me entiendo».

Puede ser, aunque es bastante relativo. Mi aspiración siempre ha sido hacerme mi pequeño hueco en la escena internacional, en países donde hacen la música que escucho, que es principalmente el inglés, aun siendo consciente del sitio donde estoy y de lo difícil que es. También me da la impresión de que hace no muchos años era menos complicado buscar tu espacio y tu eco. Ahora hay muchísimos grupos, todo es más enrevesado y cualquier objetivo parece más lejano que nunca. Hoy día hay que trabajar mucho más y todo va más despacio.

Pues Mantra podría ser la herramienta ideal para lograrlo. La nota de prensa afirma que es vuestro primer disco no conceptual. Da igual: suena muy redondo. Y cuando uno se lanza a producir es habitual que el sonido suene demasiado uniforme, con una producción algo rígida, o todo lo contrario, demasiado disperso a haber canciones escritas hace dos años y otras hace tres meses. Pero aquí cada canción tiene su personalidad sonora individual. Enhorabuena.

Ese era el objetivo, muchas gracias.

No quiero ni imaginar el número de horas que le has echado. Has dormido poco, ¿verdad?

Verdad. Y más con la pandemia, con tantas y tantas horas por delante.

Sorprendido, digamos de vez en cuando, por el amanecer.

Tal cual.

The Prussians portada Mantra

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Publicado por:

Víctor Manuel Conejo Manso - Mallorca Music Magazine

Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.

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