Uno de los artistas que más expectación genera en este país es Roberto Iniesta, Robe, líder de Extremoduro. Ayer publicó Mayéutica, su nuevo disco en solitario, y todos los periódicos se hicieron eco de la noticia, hasta la prensa deportiva. Eso sí, en muchos se podían encontrar pifias tan graciosas como atribuir el nuevo trabajo a Extremoduro o afirmar que La Ley Innata había sido el último trabajo del de Plasencia. Es lo que ocurre cuando los principales medios compiten por ser los primeros y no por ser los más rigurosos.
Para todos aquellos que no conozcan mucho de Robe y de Extremoduro, es decir, extraterrestres, monjas de clausura, reguetoneros y demás fauna, aquí van unos pequeños apuntes sobre Mayéutica. Se trata del tercer disco en solitario del extremeño, y pretende ser una continuación de La Ley Innata, disco imprescindible de Extremoduro publicado en 2008 (aún sacarían un par más antes de anunciar su disolución en diciembre de 2019). Como aquel, está concebido en una sóla pieza dividida en 4 movimientos, con un interludio al inicio y una breve coda al final. Una sinfonía de 43 min. de duración, toda una declaración de intenciones en estos tiempos de canciones de menos de 3 min.
El caso es que Robe tiene dividida a su legión de seguidores con motivo de la publicación de este trabajo. Extremoduro tenía programada una gira de despedida en 2020 que tuvieron que posponer a causa de la pandemia: primero a otoño de ese mismo año, luego a la primavera de 2021. Ante el nuevo e inminente aplazamiento, esta vez para 2022, el cantante decidió (de manera unilateral) aparcar esa gira indefinidamente para dar salida a su nuevo álbum (que llevaba esperando desde 2019). Argumenta el cantante, no sin razón (aunque igual le han perdido las formas), que «su proyecto en solitario tiene mejor cabida en un contexto actual que reclama menos aforo». Los fans de la banda, por un lado, lamentan que se esfumen las posibilidades de ver por última vez en vivo al grupo, mientras que por el otro celebran con regocijo la llegada de nuevas canciones. Nada raro en estos tiempos de bipolaridad colectiva.
Pero dejemos aparcada la polémica y hablemos del álbum. Según la RAE, Mayéutica es el «método socrático con que el maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes». Hemos de interpretar pues que este álbum se inspira en Sócrates al igual que La Ley Innata se inspiraba en Cicerón, en un nuevo paralelismo entre las dos obras. Mediante el método socrático el músico nos va revelando sus pensamientos, nos confiesa sus miedos, asistimos al derrumbe de sus convicciones y somos testigos de cómo trata de aferrarse desesperadamente al amor como tabla de salvación.
En cuanto a lo musical, podemos confirmar que estamos ante un trabajo complejo y fascinante, probablemente el álbum más rockero de Robe en solitario, aunque sin alcanzar la rudeza de Extremoduro. La banda que lo sustenta se mantiene en todo momento a un nivel estratosférico, suena potente, coordinada, emocionante en cada nota, especialmente ese violín que ya se ha convertido en la seña de identidad de todo lo publicado por Robe desde 2015. Su escritura también prosigue por los mismos derroteros que su música: más dulce, cultivada y pulida que la que mostraba con Extremoduro, con mucha menos crudeza.
Os dejamos aquí el álbum para que podáis disfrutarlo a conciencia, al igual que el recomendable videoclip correspondiente a su primer sencillo «Mierda de Filosofía», realizado por Diego Latorre mediante un montaje de sus impresionantes y magnéticas ilustraciones.
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Aprendiz de todo, maestro de nada. Programador, diseñador web, editor, redactor y codirector de esta nave.
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