Nacido como un proyecto con la única pretensión de divertirse, hacer ruido y meter caña, el dúo gallego BALA ha ido creciendo como las malas hierbas en un entorno poco amigable, resistiendo y adaptándose al entorno hasta llegar a cosechar un éxito importante a lo largo de su trayectoria. Siguiendo con esta analogía, Anxela Baltar (voz y guitarra) y Violeta Mosquera (voz y batería) se pasarán por la sala Es Gremi de Palma el próximo sabado 11 de septiembre a presentar Maleza, su tercer trabajo de estudio.
Tras debutar en 2015 con su primer álbum Human Flesh, su garra, energía y personal mezcla de Stoner, Grunge, Sludge, Punk y muchas cosas más las ha llevado a tocar por Australia, Japón o Estados Unidos, además de una buena serie de festivales europeos. También a fichar por el potente sello Century Media, que ha llevado a bandas como Angelus Apatrida o Toundra al nº1 de las listas de ventas en nuestro país.
Para ir conociendo mejor a esta potente banda das terras galegas antes de su próxima descarga en la isla, charlamos con la batería y vocalista Violeta Mosquera.
Para ir situando en contexto al público mallorquín, ¿podéis hacernos un breve resumen de cómo nace Bala?
Bala nace con la pretensión de hacer ruido y pasarlo bien. emulando a las bandas que más nos flipan y con ganas de ver mundo.
En el momento que uno se pone a escuchar a Bala es inevitable quedar abrumado por la mezcla de estilos que se conjugan dentro del álbum. Partiendo de ahí, ¿cómo suele funcionar el proceso de creación en la banda? ¿Os facilita las cosas tener tantas influencias diferentes?
Nos gusta crear partiendo de cosas que nos molan, con lo cual todo queda siempre muy ecléctico. Cada una tiene sus referentes y eso hace que muchas veces confluyan cosas de lo más dispares, y el resultado al final es bastante curioso. Lo que empieza siendo un tema de estilo claramente «tal» acaba adquiriendo otros tintes que ni nos habíamos planteado, y eso siempre lo hace todo más divertido.
Vuestro último álbum se titula Maleza, que es la mala hierba, la hierba rebelde que crece donde le da la gana y no donde le va bien a los seres humanos. ¿Os sentís identificadas con este término?
Totalmente. De hecho es esa acepción de maleza la que nos gusta más. Esa idea de la «resistencia» en el sentido más estricto, el de aparecer donde menos se lo espera uno y sin venir al caso, como respuesta natural.
Venís a Mallorca presentando este álbum, el tercero vuestro de estudio, en el que se ve una evolución muy natural de la banda respecto a anteriores trabajos, sonando cada vez más macarra y, a su vez, más elaborado. ¿Cómo veis vosotras la evolución del sonido de Bala hasta el día de hoy?
Pues con mucha curiosidad, la verdad. Empezamos con el ruido como objetivo, pero cada vez adquiere tintes más interesantes. Siempre bromeamos con lo próximo que haremos, rollo… «¿y si nos pasamos al grindcore?».
Siguiendo un poco con la pregunta anterior, viendo los muchos estilos que se conjugan en vuestra música, ¿qué escuchan a día de hoy las dos partes de Bala? ¿Han cambiado vuestros gustos musicales desde que se formó el proyecto?
Los gustos siempre cambian, y eso es lo guay. Aunque al final te mantengas fiel a determinadas raíces o géneros, siempre mola salirse un poco del tiesto. Ambas somos súper eclécticas, nos flipa la caña tanto como el flamenco, el jazz, la música cubana, el rock progresivo… somos melómanas al fin y al cabo, así que disfrutamos mucho de la música en todas sus vertientes.
Además de la evolución musical y personal, también ha aumentado sensiblemente el reconocimiento alrededor de la banda a nivel de público y crítica. Giras por medio mundo, entrevistas en programas de radio o televisión de sobra conocidos… ¿Habéis llegado a sentir algo de vértigo en algún momento?
Si, lógico. Nos han pasado cosas que a día de hoy las contamos y nos parecen increíbles. Es lo bueno de no tener grandes pretensiones, que al final te pasan ciertas cosas y estás allí frotándote los ojos con la ingenuidad del primer día. Lo que mola es poder disfrutar de cada paso y hacerlo con la cabeza y los pies en el suelo. Al menos eso creemos e intentamos hacer.
Ya en Lume empezasteis a alternar castellano e inglés en vuestros temas, y en Maleza ha aparecido también el gallego, dejando una mezcla de tres idiomas repartidos entre los nueve temas del disco. ¿Tenéis claro desde un principio que tal tema tiene que ir en tal idioma o sale de forma natural?
El tema de la elección del idioma al final siempre es comprometido. Empezamos con el inglés por eso de que es a lo que más acostumbrada tenemos la oreja, pero al final nada sale tan natural como aquello que te sale en tu lengua materna, así que en cuanto nos planteamos el castellano, lo de hacerlo en gallego era una cuestión lógica. Estamos súper orgullosas de nuestros orígenes y es una suerte poder contar con un idioma propio, así que es nuestra particular forma de homenajear nuestras raíces.
Viendo el resultado y tomando el ejemplo de temas como «Rituais» o «Agitar» (aunque sea en castellano) que parten de la siempre prolífica cultura de Galicia, ¿se os ha pasado por la cabeza hacer un álbum íntegramente en gallego?
Pues no nos lo hemos planteado, pero creo que tampoco lo descartamos.
El concepto que envuelve el álbum, desde su sencilla e impactante portada hasta algunas letras o el propio título es el de resistir, de surgir con fuerza en terrenos hostiles. ¿Representa esto a Bala en la escena musical actual? ¿De dónde nace la idea?
Nos gusta el concepto en general, y para nosotras era una evolución natural después de Lume, que cierra con el tema de «Humo», en el que se habla de caos y de destrucción. Ese concepto del resurgir de las cenizas, tras el colapso, nos gustó desde el principio. ¡Y quién nos iba a decir que acabaría siendo profético! Sin duda, y más después de este año que llevamos, nos quedamos con el mantra que repetimos en el tema que cierra el disco: «No todo está perdido».
Con Maleza, grabado desde 2019 y editado a principios de este año, habéis tenido tiempo de digerirlo bien, más allá de la recepción que ha tenido. Así que creo adecuado preguntar, ¿qué tema (o temas) del álbum os marcan más a cada una de vosotras?
Nos flipa «Agitar», porque haber podido contar con las colabos de Najwa, Lúa y Bonnie nos parece increíble. «Quieres Entrar» o «X» son temas que teníamos ganas de hacer y con ellos nos hemos resarcido. ¡Deseando enseñároslos en directo!
Yo, personalmente, destacaría el tema final «Una Selva». ¿Podéis hablarnos un poco de él?
Queríamos hablar de esperanza, de ese optimismo tan necesario cuando sabes que todo se está yendo a la puta. Así que escogimos el cierre del disco como colofón de nuestro mensaje: al fin y al cabo, las cosas siempre pueden ir a peor, así que… a disfrutar, que son dos días.
En el relativamente poco tiempo que lleva Bala en marcha, os habéis pateado medio mundo. Sin duda, un concierto que seguro destacáis es aquel en el Stoned and Dusted, con gente de Kyuss, Queens Of The Stone Age y demás por ahí. ¿Cómo surgió ese bolo y qué recuerdos tenéis de todo aquello?
Pf, sin duda es una de esos recuerdos que nos llevaremos a la tumba. Estar allí, en la cuna de las bandas que tanto nos flipan, tocando con miembros de esas mismas bandas entre el público, es una sensación difícil de superar… Íbamos a volver en 2020 y la pandemia lo impidió. ¡Pero ese desierto y esa noche estará en nuestros corazones para siempre!
Cambiando un poco de tema, he leído en alguna entrevista que os consideráis feministas. ¿Qué cosas quedan por cambiar en el mundo del rock para llegar a la equidad? ¿Seguís padeciendo situaciones de desigualdad? ¿Qué cosas os siguen sorprendiendo para mal en este aspecto?
Por supuesto que somos feministas. Consideramos el feminismo una obligación moral en la sociedad moderna. Todavía falta mucho por hacer, pero es necesario seguir ahí, fomentando nuestra presencia tanto encima como detrás y frente a los escenarios, contribuyendo a crear cada vez más referentes, para que las próximas generaciones lo tengan un poco más fácil.
Sigue pasando que después de un bolo te vengan a decir cosas como «tocas como un tío», o «para ser tía tocas de la hostia», a modo de piropo. Incluso en muchas entrevistas sigue siendo común lo de preguntar «¿Cómo es ser mujer en el mundo del rock?», o «¿Cómo es lo de ser músico siendo mujer?». Eso dice ya bastante del punto en el que estamos todavía.
Y para ir terminando, de cara al concierto del día 11 de septiembre en Es Gremi. ¿Qué puede esperar el público mallorquín de un concierto de Bala pese al hándicap de las restricciones?
Pues mucho ruido, muchas nueces, algún fruto seco más, algún fruto mojado, paz, amor, buen rollo, una poca de sabor y dolor de cuello al día siguiente.
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Aquí Jose, un apasionado del Rock y el Metal en prácticamente todas sus vertientes. Escribo en varias webs (La Poza del Meh, Dioses del Metal, Necromance Magazine) y colaboro en El Fantasma de la Opera Radio y la plataforma Heavy Balears.
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