Cuando María José Llergo canta, convierte la voz en ternura y en presa. Esta cordobesa de Pozoblanco con treinta años ha dicho que nadie tiene que saber en quién confía, y ha dicho que la han querido domesticar pero no lo han conseguido. Desde aprender a cantar en el campo con su abuelo, a abrir el disco de colaboraciones Moonchies de $kyhook, compartido con nuevas voces urbanas como Soto Asa, Morad o Yung Beef. Será verdad lo que dice un amigo mío: en todas las cosas importantes siempre hay por medio alguien de Córdoba. «Es porque en Córdoba tenemos muchos patrimonios de la Humanidad. Somos muy humanos».
Esta niña de las dunas lanzó Sanación (Sony, 2020) y después Ultrabelleza (Sony, 2023). Le dieron el Goya a Mejor Canción en 2022 por «Te espera el mar», aparecida en la película Mediterráneo. De fandangos y peteneras a indie, hip hop y jazz. Todo eso se lo va a traer al Mallorca Live Festival (viernes 14 de junio, escenario INNSiDE, 21:15 h). Vamos a ir no solo porque nos haya invitado, sino porque frente a la Llergo siempre hay almas vivamente calladas que escuchan y se emocionan, frente a un alma vitalmente callada que canta y conmociona. Sencillamente hay música.
Se dice mucho y cada vez más: cuando llega la Llergo, llega la luz. ¿Cómo lo llevas? Porque has contado que de pequeña nadie te hacía ni puto caso sino todo lo contrario, o que cuando llegaste a Barcelona la gran ciudad casi te diluye. Pero ahora todo el mundo está pendiente de ti. ¿Te abruma?
Me alegro mucho de que podáis disfrutar de mi luz. Todo el mundo tiene algo especial que darle a los demás, y para mí mis canciones, mi voz y esta actitud tan vitalista que tengo lo es todo.
La prensa musical se autoadjudica la potestad de describir el mundo y lo que hacen las personas, pero démosle la vuelta. Dilo tú: ¿qué crees o quieres estar renovando?
Nada más que a mí misma. Cada día. Porque me gustaría hacer del mundo un lugar mejor a base de arte, canciones y letras que cuenten cosas. Cosas profundas. Para mí las etiquetas se quedan cortitas cuando etiquetar es limitar. Eso es lo que ocurre con la música. Así que lo que intento cada día no es renovar el flamenco ni mucho menos, como se oye por ahí, sino crecer como artista y como persona.
Me gusta un término que leí sobre ti: revolver. María José Llergo está revolviendo muy bien las cosas.
Muchas gracias, lo espero.
Cuando se habla de ti se te conecta con nuevas potencias como Rocío Márquez, Rosalía, Soleá Morente o Niño de Elche, pero también con las ya ancestrales como Lole y Manuel, Lola Flores o La Niña de los Peines. Entonces, no se lo pregunto a la cantante urbana, sino a la de María la Malaña y José el Molinero [sus abuelos]: si Lole dijo que, para cantar, lo más importante es simplemente tempo y tono, crear canciones como la colcha de una abuela, ¿para ti qué es lo más importante?
Alma. Que tu alma se pueda oír. Que se puedan escuchar tus pensamientos incluso sin decirlos. Que se puedan escuchar tus emociones incluso sin contarlas.
Entonces, no se lo pregunto a la cantaora ni a la cabrilla, sino a la cantante moderna y urbana: me fascina lo mucho que se nota que te interesa el estilismo, la moda, la imagen. Y lo bien que escoges. No se suele preguntar y me parece fundamental: ¿con quién trabajas?
Ahora mismo mi estilista es Alberto Murtra. Es el mejor. Lo amo. Me comprende a la perfección y me acompaña de una forma preciosa en todas mis metamorfosis.
Las personas tan evidentemente creativas como tú suelen serlo en varios campos. ¿Tienes una faceta artística oculta? No sé, por ejemplo que resulta que la Llergo es una excelente fotógrafa.
Me gusta mucho la fotografía, la poesía, la literatura. La cosa va sobre todo por las letras.
Como la Gata, como Gata Cattana.
Ojalá. Y hay una cosa que mi alma de persona siente como una gran debilidad: ayudar a los animales. Siento que me hace mejor persona. ¡Y se me da súper bien!
«El flamenco y el feminismo se llevan bien porque los dos fueron revolución cuando nacieron». Cuando te lo leí me llevó a pensar, claro, en Ultrabelleza. Porque pasa muchísimo: te has enfadado. Cuando una artista tira por lo más social es que ya ha visto demasiadas cosas que la han hecho enfadar.
¡Sí, claro! Y lo he hecho muchísimas veces. Por ejemplo, llevaba mucho tiempo enfadada cuando compuse «Nana del Mediterráneo» [Sony, single de 2019], por el drama humanitario que vivimos. Todavía. También compuse «Te espera el mar» [Sony, single de 2021] fruto de esa frustración, de ese enfado de no comprender el por qué los seres humanos seguimos haciendo este tipo de atrocidades, permitiendo que ocurran ese tipo de cosas. Con lo que está pasando en Rafah también estoy bastante enfadada, así que seguramente necesite desfogar esta impotencia con arte. La alegría inspira, pero el enfado también.
Hoy día las cosas funcionan con prisas y celeridad. Impuestas, autoimpuestas y al fin y al cabo inevitables. El último disco es de 2023, pero ya debes tener ideas nuevas. ¿Por dónde van?
Sí tengo ideas nuevas. Son bastante… luminosas. Cosa que me gusta. Pero todavía es pronto para hablar de ellas.
Aún no te he visto en directo, e intriga muchísimo saber cómo metes en el escenario campo y ciudad, quejío y beat.
Vente, veníos al concierto. De verdad, es mejor verlo. Me gusta celebrar la diversidad del mundo en el que vivo. Como una riqueza, no como algo malo de lo que haya que huir según apuntan algunas tendencias políticas.
Como cantan aquellos: «Mi territorio es donde pisan mis pies».
Voy a celebrar muchísimo la diversidad de los demás y la mía misma. Y va a ser muuuuuy divertido. Veníos. Va a ser divertido, entretenido, igual ríes, igual lloras.
¿En qué formato vienes?
Somos poquitos pero fuertes. Carlos Sosa a la percusión y batería, y Julio Martín a las teclas. Y yo cantando.
Reconectando con la cuestión inicial: me pregunto si cuando quieres desconectar, o buscar inspiración, o recuperar la perspectiva de lo que son las cosas importantes, te vas al campo a cantar.
Totalmente. Cuando me dejan mis obligaciones y puedo irme a casa, al campo, es el momento de conexión conmigo misma.
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Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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