Su disco de debut fusiona el violonchelo clásico con diversos estilos de música moderna
Desvelo, de Laia Ferrer, es un álbum inusual. Está compuesto por 9 temas donde su joven autora aúna los 3 pilares de su carrera artística: el violonchelo, el canto y la composición. En ellos se fusiona el violonchelo acústico de tradición clásica con diferentes estilos de música moderna, reclamando la existencia del violonchelo en repertorios alejados de la música clásica y experimentando las diferentes sonoridades de este instrumento.
Estamos ante una música atemporal, delicada, a veces onírica. Laia teje dulces e hipnóticas melodías sobre la suave y profunda cadencia de un pizzicato sobre violonchelo, una técnica que ejerce de nexo de unión entre todas las canciones del álbum. Un trabajo que arranca con «Telarañas», una canción nocturna que trata sobre los engaños y manipulaciones a los que estamos expuestos a diario en cualquier situación. Laia despliega su fina y juvenil voz sobre acordes de sonoridad jazzística.
A este tema le sigue «Mallorca», una dulce canción con letra en catalán que refleja el amor que la artista profesa por su tierra. Un tema de aires folclóricos, cercano a la música popular, donde la interpretación de su hermana Ariadna en la segunda voz refuerza la idea de unión, familia, raíces, que evoca la letra.
«Náufrago del tiempo» es un pieza con sabor a vieja leyenda de gente de la mar, como aquellas que circulaban en la antigüedad viajando a lo largo y ancho del Mediterráneo. Su sonoridad folclórica de aires marinos y oníricos engarza muy bien con la letra. «Elegía», en cambio, es una canción dedicada a una persona con demencia que nos abandona lentamente. La delicada melodía y el tono sencillo y pausado, sin adornos ni recrearse en el dolor, acompañan apropiadamente un tema tan sensible y personal como la despedida a un ser querido.
En el ecuador del álbum nos encontramos con «M(i)ente», probablemente el tema más rítmico y animado del disco. Un tema pop de aires latinos muy interesante, sobre todo por la manera en que utiliza el violonchelo. A este le sigue «Sherezade», una bella canción basada en el popular personaje de Las Mil y Una Noches. Aquí volvemos a una sonoridad folclórica, en este caso de aires medievales, que encaja a la perfección con el tema que evoca la letra.
En «2020», un hermosa y breve pieza, encontramos un precioso juego de voces acompañado de la cálida sonoridad de los violines y el violonchelo. «Mi cielo» vuele a explorar su lado más pop y, al igual que pasó en «M(i)ente», con buen resultado. Por último, el álbum se cierra con «Quiero», una delicada balada con un punto simpático y alegre que nos deja con espíritu sereno y un buen sabor de boca.
En definitiva, un trabajo tan interesante como hermoso y agradable de escuchar, que ojalá sirva de punto de partida para desencorsetar el violonchelo y otros instrumentos de los típicos cánones clásicos y poder explorar con ellos nuevos horizontes.
Laia Ferrer
Violonchelista, compositora y cantante, inició sus estudios musicales en Mallorca para acabarlos en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, en la especialidad de violonchelo. Ha sido academicista de la Orquesta Nacional de España (ONE) y de la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares. También ha sido miembro de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), y desde 2017 forma parte de la bolsa de instrumentistas de la Orquesta de Radio Televisión Española (ORTVE).
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Aprendiz de todo, maestro de nada. Programador, diseñador web, editor, redactor y codirector de esta nave.
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